Cola y agua a partes iguales

Cuando era pequeña había un programa de televisión llamado Art Attack. Era un programa donde te enseñaban manualidades. Sin duda, las de pringarse las manos eran mis preferidas. Uno de los momentos estrella era cuando usaban el Mejunje Art Attack, una pasta que se creaba con cola blanca y agua y que se echaba sobre papel de periódico o higiénico y lo endurecía al secar.

Hace unos días me levantaba con la siguiente noticia: La UE exigirá que las mujeres ocupen al menos el 40% de los sillones de los consejos de empresas que coticen en Bolsa

He vivido las cuotas en primera persona. En uno de los proyectos en el que trabajé como consultora me dijeron que al cogerme tuvieron en cuenta que en el departamento les exigían cumplir cuotas de género. Hace unos días, me proponían participar en un proyecto de subvención pública y una de las razones para proponérmelo es que tenían que cumplir unas cuotas entre hombres y mujeres.

A este respecto, me cansa mucho escuchar comentarios como que el género no debería estar por encima del conocimiento y el talento de las personas. ¿Que no debería ser así? Probablemente no, pero evidentemente lo es. Si creemos en las matemáticas y damos por cierto el hecho de que las mujeres somos, aproximadamente, el 50% de la población mundial, si las personas fuéramos evaluadas por nuestras capacidades sin tener en cuenta nuestro género, ¿no pensáis que no tendríamos que estar aplicando cuotas?

A mi no me importa que me digan que las cuotas exigidas han favorecido mi contratación. Sé quién soy como persona y como trabajadora, sé mis puntos fuertes, conozco mi valía y ningún sistema de cuotas me harán dudar de nada. De hecho, las medidas de cuotas no son para contratar a mujeres poco cualificadas. Son para revertir la baja o nula contratación histórica de mujeres cualificadas y sobre cualificadas desde que el mundo es mundo. El sistema de cuotas no dice nada malo de nosotras, dice algo gravísimo sobre el sistema en el que vivimos.

Así que sí, estoy a favor de las cuotas porque pienso fielmente en que si a mí hoy me contratan aplicando cuotas, en el futuro a una mujer como yo la contratarán simplemente porque es buena en lo que hace. De hecho, puestos a asumir las cuotas como una medida cortoplacista a un problema en el que, sin duda, la educación será la solución definitiva y duradera, ¿por qué pedir solo el 40%? Sin duda alguna para mí, es una noticia para celebrar. Me parece que después de esta noticia el mundo es un poquito más justo, pero no puedo evitar pensar: ¿Exigen el 40% y no el 50% por si nos pasamos de justicia? A veces, está bien recordar que el Mejunje Art Attack era cola y agua a partes iguales.

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